El río Monachil en su tramo final, antes de llegar al pueblo, ha excavado a lo largo de los años una impresionante cerrada en la majestuosa roca caliza que configuran las últimas estribaciones de Sierra Nevada.
Los Cahorros, así se llama la cerrada, es una atracción turística muy famosa en la provincia, que permite caminar, en el fondo de la misma, por un tortuoso recorrido, con puentes colgantes, cuevas y estrechos pasos abrigados por los imponentes muros de roca que miran hacia el cielo.
Cascada del río Dílar:Esta ruta es ideal para disfrutar de un paisaje fresco y delicioso, especialmente en verano. Discurre junto al río, desde el área recreativa hasta la cascada, y ofrece vistas de los Atalayones de Dílar y la Boca de la Pescá. Es importante tener precaución al cruzar el río por los vados, ya que el caudal puede ser considerable en primavera.
El Valle de Lecrín esconde una joya natural perfecta para el verano: la ruta fluvial de Los Callejones, a lo largo del río Albuñuelas o Santo. Este sendero, ideal para refrescarse, recorre tramos de ribera, zonas sombreadas y vegetación abundante. A lo largo del camino, el agua puede llegar hasta las rodillas, y el excursionista podrá disfrutar de pozas, cascadas y paisajes únicos..